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Agua mineral natural
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Agua de origen subterráneo que posee un índice mínimo de oligoelementos o de otros constituyentes minerales beneficiosos para la salud, y cuyas cualidades se preservan mediante el embotellado en el manantial. Por otra parte, no debe haberse alterado a través de un tratamiento que modifique sus características, y solo se autorizan la aireación, la oxigenación, la decantación y la filtración.
Las aguas minerales naturales, que proceden sobre todo de zonas montañosas, pueden carecer de gas carbónico de forma natural o porque éste se ha eliminado (lo cual debe precisarse en la etiqueta) o bien presentan gas (natural o mediante la adición de gases puros, lo cual también debe mencionarse).
Las aguas minerales naturales cada vez se aprecian más durante las comidas y, cuando llevan gas, en el aperitivo. Algunas tienen índices de elementos minerales muy elevados (bicarbonatos, sulfatos, calcio, magnesio, flúor); por ello, cuentan con indicaciones medicinales muy específicas, pero también con contraindicaciones, mencionadas en las etiquetas. Las aguas menos mineralizadas son las más aconsejables para la preparación de biberones.
Agua
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Nombre de la bebida más natural, y la única indispensable para el funcionamiento del organismo (que cada día reclama 0,4 dl de agua por kilo de peso para asegurar los intercambios metabólicos, la termorregulación del cuerpo, la hidratación de los órganos, etc.).
Para que sea potable, el agua debe ser límpida, inodora y sobre todo de una gran pureza bacteriológica (el agua de lluvia a menudo está cargada de impurezas que están en suspensión en la atmósfera). Es preciso que sea bastante “blanda”, es decir, que esté poco cargada (y de manera equilibrada) de sales calcáreas, magnesio, fosfatos, carbonatos, etc. Por otra parte, debe contener oxígeno disuelto. Un agua insuficientemente aireada se denomina “pesada”; si presenta demasiada cal se llama “cruda”, y se presta en menor medida a la cocción de las verduras. Cuando la proporción de sales minerales es importante, a menudo presenta un sabor salado, alcalino, terroso, amargo o salobre. El agua corriente de las ciudades, que está tratada, presenta a veces un ligero olor a cloro.
El agua no es solo la bebida dietética ideal (preferentemente entre las comidas y en ayunas, al comenzar el día), sino que también es una materia prima indispensable para las industrias de fabricación de cerveza y bebidas con frutas. Por otra parte, desempeña un papel esencial en cocina (cocción con agua, caldos, potajes y sopas). También sirve para preparar infusiones, sobre todo té y café. No obstante, la cal precipita los alcaloides que contienen el té y el café y neutraliza en buena parte sus aromas. Por ello se aconseja preparar estas infusiones con un agua mineral natural. Un agua que hierve durante mucho tiempo es cada vez más agresiva; por otra parte, pierde su oxígeno y se vuelve cada vez menos aérea y ligera.
Mosto
- Diccionario: Glosario digital de vino
Nombre de la bebida más natural, y la única indispensable para el funcionamiento del organismo (que cada día reclama 0,4 dl de agua por kilo de peso para asegurar los intercambios metabólicos, la termorregulación del cuerpo, la hidratación de los órganos, etc.).
Para que sea potable, el agua debe ser límpida, inodora y sobre todo de una gran pureza bacteriológica (el agua de lluvia a menudo está cargada de impurezas que están en suspensión en la atmósfera). Es preciso que sea bastante “blanda”, es decir, que esté poco cargada (y de manera equilibrada) de sales calcáreas, magnesio, fosfatos, carbonatos, etc. Por otra parte, debe contener oxígeno disuelto. Un agua insuficientemente aireada se denomina “pesada”; si presenta demasiada cal se llama “cruda”, y se presta en menor medida a la cocción de las verduras. Cuando la proporción de sales minerales es importante, a menudo presenta un sabor salado, alcalino, terroso, amargo o salobre. El agua corriente de las ciudades, que está tratada, presenta a veces un ligero olor a cloro.
El agua no es solo la bebida dietética ideal (preferentemente entre las comidas y en ayunas, al comenzar el día), sino que también es una materia prima indispensable para las industrias de fabricación de cerveza y bebidas con frutas. Por otra parte, desempeña un papel esencial en cocina (cocción con agua, caldos, potajes y sopas). También sirve para preparar infusiones, sobre todo té y café. No obstante, la cal precipita los alcaloides que contienen el té y el café y neutraliza en buena parte sus aromas. Por ello se aconseja preparar estas infusiones con un agua mineral natural. Un agua que hierve durante mucho tiempo es cada vez más agresiva; por otra parte, pierde su oxígeno y se vuelve cada vez menos aérea y ligera.
Fruta o fruto
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Órgano comestible de las plantas con flores, que contiene las semillas y sucede a la flor. Aunque esta definición se aplica a ciertas verduras (berenjena, calabacín, melón, jitomate), se reserva esta denominación para las que se comen al final de la comida y que se utilizan en pastelería y confitería.
Entendida en este sentido, la fruta suele ser un alimento carnoso o pulposo, rico en agua, azúcar y vitaminas, al que su aroma y sabor dulce destinan a bebidas y a postres variados. Las frutas se reparten en tres grandes grupos:
– Frutas ricas en agua (hasta 90%) y en vitamina C: cítricos, fresas, manzanas, duraznos, peras, piñas, etc. Son refrescantes y proporcionan ácido ascórbico y minerales. Son más o menos calóricas según su proporción en azúcar.
– Los frutos ricos en glúcidos: castañas, ciruelas pasas, dátiles, etc. Son energéticos.
– Los frutos ricos en lípidos y pobres en agua: almendras, avellanas, nueces, etc. Aportan mucho calcio y vitaminas B, y son muy calóricos (unas 650 kcal o 2,717 kJ por cada 100 g). Ocupan un lugar aparte, pero no pueden reemplazar a las frutas frescas, que son indispensables para el equilibrio alimentario.
Algunas frutas tropicales llegaron a Europa ya en la Antigüedad (el dátil norteafricano y la granada de Oriente Medio), otras las trajeron consigo los grandes navegantes del siglo XVI (la piña americana, la tuna de México, el mango de Asia), y otras se han introducido en época más reciente. Algunas otras se han adaptado bien a climas más fríos: fruta de la pasión, kiwi, tamarindo.
Las frutas crudas que se sirven al natural, como postre, siempre son frutas de temporada, bien maduras y perfectamente sanas.
Las frutas sirven para preparar compotas, confituras, jaleas y mermeladas, así como bebidas (con o sin alcohol).
Se conservan de distintas maneras, según su especie. La esterilización permite conservarlas al natural o en almíbar, pero también pueden confitarse en azúcar o vinagre, o bien guardarlas en aguardiente o en licor. La ultracongelación funciona bien con algunas frutas, y la deshidratación produce todas las variedades de frutas desecadas.
El limón es la fruta más utilizada en cocina, pero también cabe destacar la piña y el plátano, los arándanos y las grosellas, las almendras, los higos, la toronja, la cereza, el membrillo, el mango, la naranja, el melocotón, el coco, la uva, las castañas, las ciruelas pasas y la manzana.